¿Cuán lejos irías para salvar a alguien que amas? ¿Darías tu cuerpo? ¿Tu mente? ¿Tu corazón?
Yo lo hice y me costó todo.
Él dice que es mi dueño. Y es cierto.
Le he dado completo control de mi cuerpo por seis meses a un hombre que no conozco. Ha estado planeando esto durante cinco años. Se dice que la venganza es un plato que se come mejor cuando está frío. Pero mi chantajista lo sirve caliente como el infierno. Él es adicto a inocencia, y yo soy adicto a él.
Le gusta herirme. Amo dejar que lo haga. Él me trae a la vida. Me libera. Él hace que mi corazón sienta cosas que no debería.
Pero él también me asusta. Sostiene el destino de la vida de mi hermano en sus manos. Una vida en prisión por crímenes que sé que no cometió. Mi chantajista no puede abandonar la venganza contra mi familia, pero no puedo estar con él si no lo hace. Pero no soy nada salvo una mariposa atrapada en su red. ¿Realmente me queda opción?
Alguien me dijo una vez que la felicidad es pasajera.
Ahora me doy cuenta de que tenía razón. Estoy atrapada en un hoyo negro de oscuridad del que, parece, no puedo escapar. Mi gemelo y mi amante se quieren muertos y estoy embarazada de un bebé al que no sé cómo proteger.
Ryland dice que hará lo que sea para recuperarme, pero ¿cómo confías en un hombre que casi te asesina? Cuando cada opción ante ti viene con un costo, ¿cómo eliges el camino correcto?
Las personas dicen que la historia tiene por costumbre repetirse. Seis años después del hecho, las acciones de mi padre todavía me acechan. Cuando me entero de una vieja deuda aún por cobrarse, todo cambia. Quizás ya no importe en quién confíe cuando cada aliento que tomo me acerca un paso más al final de éste juego retorcido.
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